Hace más de una semana que se oficializó a Sergio Batista como director técnico de la Selección argentina.
En esta nota El Apodológico contará su anécdota con el Checho, a quien apodaron de esta manera, porque cuando era chico, su hermano Norberto Batista no podía pronunciar la ese y en vez de Sergio decía Checho.
¿Por qué una promesa que quedó en el olvido? Se preguntara el lector que lee este artículo. La historia del encuentro entre el gestor de este Blog y el entrenador de la Selección argentina explicara cual es el motivo del titulo.
Esta anécdota sucedió en julio del 2008, más precisamente un sábado. El Apodológico no se acuerda en que día exacto conoció al Checho, pero fue en un Bat Mitzba de la hija de una familia amiga de los Batista.
El gestor de este Bautismo Sagrado antes de dedicarse al Periodismo Deportivo trabajo como mozo y barman en el Marriott Plaza Hotel. Fue allí, donde se realizó el evento, en el cual al Apodológico le tocó atender la mesa del Checho y de su esposa, una mujer rubia, que lucia un vestido negro con unos aros chiquitos en forma de perlas. Por su parte, Batista estaba vestido con un traje de color negro y una camisa blanca, combinaba muy bien. Además, el Checho estaba con la cara afeitada y no tenia esa barba que lució cuando vistió la camiseta de la Selección argentina en los mundiales de México ‘86’ e Italia ‘90’.
El Apodológico estaba contento de atender la mesa de Batista, su esposa y sus amigos. El técnico de la Argentina era amable y cada vez que el gestor de este Blog le reponía su copa de vino tinto o el agua agradecía el servicio.
Paso el primero plato, una rica ensalada de lechuga, tomate, radicheta y huevo con un creppe de verdura de entrada. Para el plato principal, había un medallón de lomo con salsa de mostaza a la antigua y una porción de papa con cebolla caramelizadas.
A eso de la 1 Batista, que estaba sentado en su mesa llamo al Apodológico con un dedo índice y le pidió un vaso de Whiskey, a lo que el mozo le dijo que en la fiesta esa bebida alcohólica no estaba pedida por el padre de la hija, a la hora de contratar el evento. Ante esta respuesta, el Checho insistió con su deseo y le susurro al oído al camarero que después le iba a dar una propina. En esta tentación El Apodológico que también era unos de los barman, le contesto que iba a ver que podía hacer.
A partir de ese momento el mozo se puso en campaña para buscarle el whiskey al Checho. Tenia que ser discreto porque si su jefe se enteraba que servia una bebida alcohólica, que no estaba pedida en el evento lo iba a echar.
El Apodológico se fue del salón y se dirigió hacia el ascensor que lo llevaría a la bodega del hotel para ir a buscar un Whiskey marca Chivas Regal para el Checho.
Una vez, conseguida la bebida alcohólica, la oculto atrás de la barra que se ubicaba en un salón contiguo a las mesas de los invitados. El Apodológico sirvió el trago y se lo llevo con absoluta reserva a Batista. Este, le agradeció y le volvió a repetir que mas tarde arreglaban lo de la propina.
A las 2 de la madrugada los mozos sirvieron en sus mesas, postre junto con el café y el champagne para el brindis. En aquel momento al Checho se lo veía alegre por el alcohol consumido.
Unos minutos después, El Apodológico le ofrece otro vaso de whiskey a lo que Batista acepta.
Parecía que estaba todo en orden, El Checho con unas copas de más, fue a la pista, que esta en el medio del salón a bailar con su esposa.
El tiempo pasaba muy rápido y El Apodológico tenia que atender la barra y ayudar a preparar la mesa dulce que estaba al caer. En aquel momento, El Apodológico buscaba con su miraba al Checho para que le de su propina, pero no lo veía por ningún lado. El mozo se acercó a las mesas que atendió y tampoco hubo novedades del actual entrenador de la Selección argentina. Le pregunta a uno de sus compañeros, que le respondió: “Batista y su esposa se fueron de la fiesta”.
Tras escuchar esto, El Apodológico transformo su cara y como el Increíble Hulk en vez ponérsele verde se le puso roja de bronca. El Checho lo había cagado. Le dio la mano prometiéndole una propina y le fallo.
El gestor de este Blog espera que algún día Batista le pague este favor, aunque sea con una entrevista exclusiva.
Ojala que el Checho no les prometa a los jugadores argentinos cosas que no puede cumplir y que no siga el consejo de Maradona de disfrazarse de Piñón Fijo, con que sea coherente con su palabra basta y sobra.
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