En este caso La Nación publico una nota de color sobre la impresión que le causo el público a los comentarista de Televisión Española que vinieron a cubrir la final de la Copa Davis jugada entre la Argentina y España en Mar del Plata.
Lo interesante de este artículo escrito por Hernán Casiari y cuyo título fue “El país de los apodos espontáneos" es la diferencia que hay el origen de un sobrenombre en Argentina con respecto a España.
Allá, los deportistas son los que eligen como quieren apodarse. En cambio acá, es costumbre que la sociedad o el contexto le ponga el seudónimo que consideren más adecuado.
Por lo tanto, partiendo desde esa base a los ibéricos de Televisión Español les sorprendió el marco con el que el público argentino fue al polideportivo de Mar del Plata a alentar a sus tenistas.
Un ejemplo claro de ello, se dio cuando el ex tenista Alex Correjta, conocedor del ambiente del tenista criollo, tuvo que corregir a su compañero Nacho, cuando este pensó que el público cantaba: “Cucho, Cucho” haciendo alusión al miedo que tenía Fernando Verdasco. Esta situación se dio durante el cuarto y decisivo punto entre Acasuso, quien apodan Cucho y el tenista español.
El Apodológico invita al lector del blog el Bautismo Sagrado a echar una hojeada a la nota de La Nación que escribió Hernán Casiari, ya que refleja las diferencias que hay entre la cultura europea y la Argentina en cuanto a manera de relacionarse que tienen con otras personas en la sociedad.
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